Así terminó todo. Diciembre es un mes donde te das cuenta de innumerables cosas, por ejemplo: los 365 días del año pasaron en un santiamén. Estoy agradecido contigo en varios aspectos, me enseñaste a controlar ligeramente mi carácter aunque no lo creas, tuviste razón, ser tan impulsivo no es algo bueno. De cualquier forma en que lo veas, sueles perder el juicio y tus acciones te llevan a realizar una serie de imprudencias.
Enero, recuerdo que tenía grandes planes, pero no se pudo dar nada de lo previsto. En mi mente aunque no me creas, poseía una perspectiva amplia para los dos; sin embargo, tú estabas con alguien y yo no podría sabotear tus sentimientos hacia esa persona. El mes siguiente fue febrero, el catorce. ¿Cuántas veces tendría que pedir perdón por lo que hice esa fecha? Quedo en deuda (algo parecido) por la manera tan imbécil y poco hombre, en la que actué. Créeme que sufrí ocasionalmente debido a eso. Pasó y pasó el tiempo hasta que mayo hizo su aparición. Jamás haría alguna apuesta a que aceptarías tener sexo conmigo, hablando en términos de esta temporada. No se dio por miedo. Hacer el amor es una cosa que en mi vida he probado, supongo que debe ser bonito y rico, o dicen por lo menos.
Lloré hasta secarme ese día en el y honestamente, diría que fue mi peor situación vivida en 2016. Estar llorando a moco seco al lado de la mujer que amas es horrible, ni a mi peor enemigo le desearía semejante experiencia. Cruzar palabras era escaso. Te ibas arrecha por mi actitud (cosa rara) y dejarte partir así no sería opción. Aquí es donde aplico la de: «Por más distante que esté contigo, siempre llegará el momento el cual dejaré absolutamente todo para regresar a tu lado».
Esporádicamente soñé con septiembre. Se manifestaba una especie de incomodidad ante mí al recordarme en la reunión de Silvana. El alcohol arruinó mi sentido común a decir verdad, presenciarías otra escena de celos e impulsividad. Mis ojos, también mis mentes locas supieron joderme totalmente, a la hora las cosas se normalizaron a medida que caía la madrugada, pero estuve avergonzado durante el resto del crepúsculo.
Sabes que clase de persona eres. Mi ex, mi exmejor amiga, la niña que sufrió tanto al principio... ¿quién llegaría a creer que cambios monumentales te esperarían? no tanto en físico, en personalidad. Estamos en un punto neutro, hablamos de modo regular, no nos distanciamos ni nos acercamos. Vuelvo a comentarte que tu felicidad me llena. Solo necesito asegurarme que la encuentres; sea con quien sea, desde un chamo súper atento capaz de bajarte la luna, como también aquel antiparabólico que muchas mujeres reposan su atención en él.
Te quiero de una forma compleja y maravillosa que el término perplejo quedaría a medias. Nadie lograría eliminar tal afección. En definitiva, mis bendiciones, mis mayores deseos para tu familia. Feliz año 2017.